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domingo, 30 de mayo de 2010

LA TERMINAL: India



De LA TERMINAL
Aterricé en el aeropuerto de Delhi, cuando salí del avión oía a una señorita que gritaba:

- Passengers in transit!!! Passenger in transit!!!!

¿Pasajeros en tránsito? Hombre, pues si vengo de Moscow y voy a Katmandú y sólo tengo que esperar 5 horas pues es evidente que yo estoy en tránsito ¿no? Así que respondí:

- Yo!!! Yo estoy en tránsito.

Respondmos yo y el resto de los pasajeros que también lo estaban. Nos apartaron y nos hicieron esperar en un rincón mientras otra señorita comprobaba que los que allí esperábamos aparecíamos en una lista que ella tenía. Iba diciendo nombres y la gente decía “yo”. Yo veía que no me nombraban, en fin, me dejarán el último, y esperando y esperando… se acabó la lista y yo no aparecía.

Se llevaron a todo el grupo y empezaron a hablar unos con otros buscando el motivo de porque no tenían previsto mi llegada.

Yo no podía entender el motivo de tener que aparecer en la lista,

- A ver, si da igual, mira la factura de mi vuelo donde dice a qué hora sale

Pues nada, ya podías tener autorización gubernamental que sino estabas en la lista no había manera de salir de ese rincón.

Me pidieron el pasaporte y se fueron a investigar. Después de media hora por fin apareció una señorita y me dijo que me habían encontrado y que podía pasar a la zona de tránsito.

- Genial!!! Pensé.- ya cansado de estar allí esperando.

Cuando llegué a la zona de tránsito me indicaron que esperara ahí, que en el primer mostrador (que estaba vacío) llegaría alguien y me daría mi tarjeta de embarque.

Esperé paseando cerca del mostrador y como vi que no aparecía nadie pregunté a uno de los que pasaba por allí que tenía pinta de trabajar en el aeropuerto.

Me dijo que tenía que esperar, que no sabía cuando vendría alguien.

Así que para entretenerme decidí ir a ver que había en la zona de tránsito, mirar tiendas, etc.

Mi sorpresa fue que la zona de tránsito se componía de dos pasillos de unos 30 mts cada uno y un restaurante en una planta superior. El Duty Free estaba detrás de un control de policía, por lo que no pude mirar tiendas.

- En fin, me tomo algo, hago tiempo y ya está, he conocido aeropuertos mejores pero esto es lo que hay.- Pensé resignado.

Cuando salí del restaurante pensé que ya era momento de que hubiera alguien en el mostrador, pero nada, era “el mostrador desierto”.

Pregunté a otro que tenía pinta de encargado. Se interesó y me pidió el pasaporte, me dijo que esperara y desapareció.

Pensé que no era muy normal el hábito que tenían en ese aeropuerto de irse con tu pasaporte y dejarte ahí, pero en fin, sólo quería que me dieran mi tarjeta de embarque y poder pasar por fin a la zona del Duty Free.

Al rato volvió el hombrecito y me dijo que había un problema, que no aparecía en ningún vuelo.

- Mira, esto no puede ser, yo tengo aquí mi factura y yo tengo que estar registrado para volar.

Miró mi factura, pareció entenderlo y volvió a irse con mi pasaporte. Yo no podía entender porqué no se llevaba mi factura para validar los datos, pero en fin.

Cuando volvió me dijo que ya me había encontrado, que es verdad que aparecía, pero que mi billete aparecía cancelado.

- Cancelado??????????

No me lo podía creer, le expliqué por activa y por pasiva que eso no podía ser posible, que yo no había cancelado mi billete y si yo no lo cancelo nadie puede cancelarlo, que estaba pagado, y que si había alguna incidencia no era mi problema y que me lo tenían que resolver.

Otra vez con muy buena voluntad se marchó y cuando volvió no había conseguido nada.

Yo ya no sabia como explicarle que me tenían que dar una solución, pero su mirada que no sé si significaba “no entiendo lo que me dices” o “lo entiendo perfectamente pero me da igual” no me animaba demasiado.

La pasividad y la incompetencia que estaba observando consiguieron que me diera por vencido.

- Vale, muy bien, mi billete cancelado. A ver que solución me ofreces.

- Que te compres otro billete, sale un vuelo en dos horas y podrías volar en él.

No me podía creer lo que me estaba pasando, pero estaba claro que era la única opción que tenía para poder continuar mi viaje y no perder más tiempo allí.

- Pues venga, vale, me compro otro, vamos al mostrador de la compañía.- Le dije mientras me colocaba la mochila y poniéndome en marcha con intención de que me guiara donde fuera que tuviera que comprar el nuevo billete.

- Ya, pero es que tu no puedes venir.

- Cómo???????????

- No, el mostrador de la compañía esta fuera de la zona de tránsito, y tú no puedes salir de aquí sino tienes un visado o una tarjeta de embarque.

Yo no daba crédito a lo que me estaba pasando.

- Y entonces como compro el billete????????

- Déjame tu pasaporte, tu tarjeta visa y yo te lo compro.

Supongo que a primera vista te parecerá una locura y no podrás entender como pude darle mi visa y mi pasaporte, pero estaba claro que por cabezón que me pusiera no conseguiría nada, así que accedí.

Al rato volvió con mi visa, mi pasaporte y por fin con una tarjeta de embarque con destino Katmandú.

- He conseguido que pagues clase turista pero que viajes en primera.

- OHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!! Qué alegría!!!!!!!!.- debió pensar que pensé

En fin, después de soltar 320 $ por el billetito, por fin pude comenzar mi viaje a Nepal: Las tierras altas del norte (El Himalaya).

Cuando llegué de nuevo a la India, al aeropuerto de Delhi de vuelta de mi ultima aventura en NEPAL.( Las tierras bajas del sur, Valle del Terai) Tenía claro lo que tenía que hacer.

Al aterrizar volví a oír la misma llamada:

- Passengers in transit!!! Passenger in transit!!!!

Yo sabía que lo último que podía decir era que estaba en tránsito, así que continué hacia la salida.

Como tenía 15 horas de diferencia entre un vuelo y otro pensé en salir a conocer Delhi, al menos daba un paseo y podía conocer algún rincón de la ciudad.
Bajé unas escaleras y me puse a rellenar la típica tarjetita de inmigración, acabé el primero y me dirigí a los mostradores de salida. El señor que estaba ahí cogió mi tarjeta de inmigración, rellenó una hoja, luego mi pasaporte, lo hojeó y….

- ¿Y su visado?

- Si, claro, dígame, ¿cuánto es?

- No, que no tiene visado

- Ya, ya lo sé, por eso, dígame, ¿cuánto es?

- Pero sino tiene visado usted no puede pasar, dónde se va a alojar.

- No sé, no lo tengo pensado, de todas formas, usted dígame cuanto cuesta un visado temporal, se lo pago y santas pascuas.

- Pero usted,¿ cuanto tiempo tiene pensado pasar en India?

- 15 horas.

- Ah, entonces usted es un pasajero en tránsito.

- NO NO NO NO, yo no estoy en tránsito, eso es cuando tienes pocas horas, yo tengo 15 y NO NO NO, yo estoy en cualquier cosa menos en tránsito!!!!!.

Yo lo ultimo que quería es que nadie dijera que yo estaba en tránsito y que me enviaran de nuevo a los pasillos de la otra vez, me veía de nuevo comprando otro billete.

De nuevo me vi explicándole a un indio con cara de cuéntame “El Quijote” si quieres que yo no estaba en tránsito y que no podía volver a esa zona.

Pues eso, como si hablara con una pared, así que me tuve que dar la vuelta, me dirigí a uno de los trabajadores del aeropuerto y le conté la misma película por si podía encontrar algún truco con el que salir de allí, pero no hubo manera, al final me agarré al único clavo que me quedaba:

- Mi equipaje, eso es, mi equipaje, tengo que recogerlo, porque estará en la cinta y no necesito salir de aquí para ir a por él.

- No, yo me encargo, apúnteme aquí su número de vuelo y su nombre, yo se lo localizo y me encargo de que llegue a Madrid.

- No lo entiende, me tengo que asegurar que llega, que luego se pierde y pasan cosas y tal.

Con cara de solemnidad me respondió:

- No se preocupe, que su equipaje llegue a Madrid, es mi responsabilidad.

Este a lo mejor se pensaba que era capaz de trasladarme algún tipo de confianza, pero una vez más era imposible hacerles bajar del carro, así que resignado tuve que volver a la zona de tránsito condenado a pasar allí las siguientes 15 horas.

Cuando entré vi mucho revuelo, unas cuantas personas hablaban con algún responsable del aeropuerto. Oí hablar a una chica del grupo y resulta que era mejicana, le pregunté qué pasaba y me contó;

Resulta que venían de Katmandú y tenían conexión con un vuelo destino a Londres, como el vuelo de Katmandú llevaba retraso pidieron al piloto que avisara al otro avión para que les esperara ya que tenían muy poco tiempo desde la llegada a la salida, pero el vuelo a Londres no les esperó. Ahora estaban allí y no podían hacer nada, ni salir, ni ir a comprar otro billete, ni nada, y para colmo, cuando se lo contaban al indio les ponía la misma cara que a mí.

Continué hablando con más gente, y es que resulta que eso parecía un agujero negro, ahí llegaba la gente pero nunca sabía cuándo iba a salir.

Conocí a un matrimonio norteamericano que tuvo que comprar dos billetes para poder volver por 6.000 $, una pareja de suecos a los que tampoco habían dejado salir a Delhi, una venezolana que no me enteré muy bien de qué le pasaba pero que tampoco sabía cuándo saldría de allí, incluso me dijeron que había una mujer que llevaba allí 30 horas y todavía no sabía cuándo iba a salir.

Yo aún no sabía si tendría mi tarjeta de embarque o, como la vez anterior, tendría que comprar un billete de nuevo y mis dudas crecían al ver semejante desbarajuste.

Con tanto tiempo por delante me dediqué a explorar más la zona, resulta que el restaurante de la planta de arriba disponía de un lounge que al que te dejaban pasar 3 horas por el módico precio de 19 $, por lo que compré dos pases, uno para disfrutarlo al principio y me reservé el otro para el final.

Coincidí también con tres españoles que tenían 12 horas de espera. Con tanto tiempo por delante decidimos darnos a la bebida y disfrutar de la fiesta de la cerveza, por lo que nos acomodamos en el restaurante y pedimos para empezar cuatro cervezas con limón, pero al ver que nos clavaron 9 € por cada una, decidimos que el alcohol no iba a hacer que nuestra espera fuera más corta.

Pasé el tiempo entre el lounge (que tenía refrescos, picoteo, tele e internet a ratos) y hablando con unos y con otros. La pobre mejicana estaba completamente desesperada, no veía forma de salir y ahí nadie les ofrecía una solución, a las pocas horas la tenía casi convencida de que escribiera a los periódicos de su país y llamara a su embajada.

Las horas pasaban muy lentas, y la sensación de estar encerrado en esa zona sin posibilidad de salir cada vez te hacia identificarte mas con Tom Hanks, y es que los que estábamos allí ya nos referíamos a la zona de tránsito como “LA TERMINAL”

Por fin y dos horas antes de la salida de mi vuelo llegó otro señor del aeropuerto avisando a los pasajeros del vuelo a Madrid, nos reunimos todos en torno a él y de nuevo sacó una lista y comenzó a recitar nombres, yo ya temblaba.

Por fin dijo mi nombre, esto parecía pintar mejor. Cuando te nombraba le tenías que dar tu pasaporte y te apuntaba en otra nueva lista, y cuando tuvo todos, se marchó.

Yo no daba crédito, el tío llevaba todos los pasaportes en la mano, resultaba muy fácil que uno se le pudiera deslizar, caerse y perderlo.

Al rato volvió con las tarjetas de embarque, él decía el nombre y tu decías ”yo” y te daba la tarjeta junto con el pasaporte, pero ni te miraba a la cara, vamos, que si decía Mikel Jackson y tu decías yo, él te lo daba. Eso era un despropósito tras otro.

El caso es que por fin tenía mi tarjeta de embarque, crucé sin problemas el control y por fin pude regresar a casa.

Antes de irme me despedí de la mexicana que aún no sabía cuando iba a salir de ahí. Me llevé la idea de que lo de la mujer que llevaba 30 horas era un bulo, no estoy seguro, si alguien pasa por allí y oye que hubo una mexicana que llevaba un montón de horas que me lo diga, estoy seguro que eso va pasando de boca en boca por todos los que allí esperan y se acaba convirtiendo en una leyenda.

Si alguien busca un destino de aventura, que pase en tránsito por “LA TERMINAL”, salir es la aventura.

4 comentarios:

  1. Eres único contando historias, y desde luego lo que no te pase a ti....Besos (una caminante)

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  2. Hola caminante!!!

    Muchas gracias, tienes razón, me pasa cada cosa... Pero en fín, a seguir buscando avenutras...

    Besos

    Escarpiiiiiin

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  3. Escarpín estoy fascinada con tu historia. Me has amenizado el tren Málaga - Madrid. Yo también soy una viajera, aventurera richarachera y me han pasado mil cosas, de momento no me he quedado 30h tirada en un aeropuerto pero si 15 horas con un grupo de 20 personas a mi cargo... Que te parece?? Sigue escribiendo porque tienes una manera muy divertida de explicar las cosas.
    Besos

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  4. Jajajaja. Hola Dicharachera. Jo, te podías animar a escribir un blog... ahora me dejas con la intriga de conocer tus aventuras...

    Seguiré... ;-)

    Saludos

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