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domingo, 6 de junio de 2010

Estaba allí (Tanzania)







Sentado en el suelo, a la sombra de una acacia y recostado sobre mi mochila sentí por primera vez y de forma plena que estaba en África.

Había llegado a Tabora, una importante ciudad del oeste de Tanzania. Hacía tres días había aterrizado en Nairobi, después Arusha, Dodoma y por fin, tras 15 horas en un tren de primeros de siglo, un lugar donde descansar. Al salir mi siguiente tren al día siguiente no tenia prisa, podía tomarme tiempo para disfrutar del entorno, de la bonita ciudad que cubría con árboles sus calles y caminos, del ir y venir de sus habitantes...

Llevaba dos días sin ver a ningún Mwsungu (blanco u occidental) como nos llaman ellos y era consciente que seria muy raro volver a ver a alguno en muchos días.

Estuve viajando por Tanzania tres días mas. Disfrute conociendo a la gente, hablando con todo el mundo que encontraba a mi camino. Me saludaban amigablemente buscando hablar conmigo, conocer de donde vengo, las diferencias entre nuestros países, visitando escuelas, iglesias... y recorriendo las calles, muchas veces incluso fuera de las recomendaciones de no salir solo de noche.

Vivir la experiencia de mezclarme con la gente, durmiendo en estaciones de tren a la espera de que este decidiera ponerse en marcha, muchas veces tras mas de 7 ó 10 horas de retraso, comer con ellos en las paradas que hacía el tren para degustar las viandas que los aldeanos preparaban como desayunos o tentempiés para los viajantes, me hizo llegar a sentir en mas de una ocasión que era simplemente uno más, alejándome de la figura de turista que tanto quería dejar atrás.

Al bajarme de ese autobús en el que metían gente como si fueran equipajes, teniendo que pasar por encima de los pasajeros sentados para encontrar sitio, y sufriendo como pasaban por encima de mi para poder colocarse sobre el respaldo libre de algún asiento, mientras una mujer que daba el pecho a su pequeño me preguntaba si le podía ayudar a desbloquear su nuevo teléfono móvil, conseguí llegar por fin al destino que había soñado durante tantos meses, Sitalike.

Sitalike es un pequeño poblado situado justo a la entrada del Parque Nacional de Katavi, una desconocida y remota reserva de animales que casi no recibe turistas. Estaba solo en el Lodge, toda la reserva para mi.....

Leones, elefantes, leopardos, jirafas, búfalos, hienas, hipopótamos, cebras, cocodrilos... y muchos animales mas me rodeaban cada vez que salía de excursión, en ocasiones en todo terreno y en otras adentrándome hasta 25 kilómetros andando en la selva.

Pude acercarme casi a impensables distancias a cocodrilos, hipopótamos, leopardos y pitones. Me sentí en plena naturaleza, rodeado de animales, sin turistas, sin mas coches, sin vallas, parecía un documental, solo que ahora no lo veía en la televisión, simplemente... Estaba allí.

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