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domingo, 18 de julio de 2010

Regreso a Tanzania por Rocío

27 de agosto 2008


De Regreso a Tanzania


Continuación de: Escarpiiiiiin en la cima del Kilimanjaro (Tanzania)


Por fin en casa, de vuelta a la realidad en Arusha, disfrutando de mi tiempo sin tener levantarme a las 5.30 de la mañana para subir a los autobuses tanzanos, dispuesta a seguir avanzando por estos caminos que matan espaldas tragando polvo.

Amaneceres, estaciones de bus y tren, horas y horas de espera entre averías y vida “pole pole”. Comidas a base de galletas y chakula (comida local) entre parada y pueblito donde bajábamos para dormir unas horas y volver a coger otro transporte. Autobuses con 50 plazas donde íbamos 100 personas sentados y de pie, durante 12 horas sin quejarnos. Escarpiiiiiin recostado en 20 cm2 pegado al conductor entre la palanca de cambio y el freno de mano. Yo, sentada sobre un saco de arroz cargando una niña que dormía sobre mis rodillas durante 9 horas, hasta que subió mas gente y tuve que levantarme con la niña en brazos manteniendo el equilibrio entre bache y bache, hasta que me cedieron un sitio donde descansé mi espalda 4 horas más. Los tanzanos nos cuidaban como “mzungus” que se salieron de su blanco mundo para vivir un viaje entre ellos, gallinas, bebes, bolsas, sudor, y melodía swahili que devorábamos con toda nuestra admiración.


ARUSHA - TABORA. 10 horas de bus. La carretera era un conjunto de agujeros alineados uno tras otro. Sentados, apretados entre los asientos no reclinables y con tropecientos ojos encima de nuestras cabezas de la gente que viajaba de pie durante todo el trayecto. Imposible poder dormir con tanto golpe de rueda y casi sin poder leer mi libro de viaje que compré en Madrid “A la sombra del Baobab”, el cual quería terminar en este viaje con tanto momento de sillón y ventanilla.


TABORA – MPANDA. 23 horas. La estación de tren era un cementerio de cuerpos tirados sobre bolsas, maletas y sacos de comida. Música de megáfono con eco tanzano. La salida estaba prevista a las 9 de la noche. Jajaja ¿quien da más? Nuestra apuesta superó el record. Tras intentar comprar 2 billetes de 1ª clase, nos reímos con la respuesta de que ya no hay primera, han quitado esos vagones, ahora solo hay 2ª y 3ª. Pero por supuesto y para nuestro asombro ya no quedaban billetes de 2ª para estos 2 mzungus que llagaron tarde a la ventanilla de venta. Tienen que ir en 3ª, pole sana (Lo siento mucho).


Nos tiramos al suelo de la estación recostados sobre nuestras mochilas junto a los cuerpos negros que serian nuestros compañeros de viaje durante muchas horas, todavía no sabíamos cuantas, ya que siempre te dicen diferentes cifras dependiendo a quien preguntes. Volvemos a apostar para adivinar cuando llegaríamos a nuestro próximo destino.


Llegó nuestro tren. Era antiguo y destartalado, de hierro, color óxido y blanco sucio. Subimos ya cansados de esperar unas cuantas horas observando la vida de la estación bajo las estrellas.


Nos metimos en el vagón de 2ª clase para ver como estaba el panorama e intentar pagar a alguien para que nos cediera su lugar y poder, al menos, descansar en una litera de un compartimento de 6. Esperamos como nos indicó el “Tipi” (jefe del tren), un obeso tanzano sin camisa, sudoroso y tosiendo como un volcán.


.- Esperad a que se ponga en marcha el tren para ver si podemos hacer algo por vosotros y si alguien quiere ceder su espacio, pero yo no tengo nada que ver con eso. Id a vuestro lugar en 3ª clase y regresad más tarde.


No podíamos creer dónde estábamos, era un auténtico concurso de televisión de récords. A ver cuánta gente cabe en un vagón de tren! Saltamos por encima de la gente que yacía en el suelo sobre sus bolsas de plástico dispuestos a pasar tropecientas horas inmóviles, apiñados unos contra otros. Al llegar a nuestro espacio, nos miramos y echamos a reír cuando apoyamos nuestros doloridos traseros en ese banco de fibra de vidrio duro y resbaladizo. Cuantas horas nos han dicho que tardaba en llegar a su destino???? Jajajaja adivina adivinanza……. Solamente pensar que tenía que estar ahí sentada durante más de 14 horas se me abrían las carnes.


Así que Escarpiiiiiin se ofreció a ir a 2ª clase para intentar buscar un espacio más cómodo. Escarpiiiiiin chapurreando ingles y sin palabra de swahili, se aventuró a proporcionar un lugar a la única blanca del tren. Desapareció durante una hora y pico y yo ya no sabía como colocarme en el banco rígido.


Llegó por fin con una sonrisa de triunfo y me dijo:


.- Coge tu mochila que te he encontrado un lugar.

.- Y tú? - Le pregunté.

.- De momento tú y ya veremos que pasa conmigo más tarde.


Regateando cabezas y piernas, llegamos al vagón deseado y a oscuras abrió un compartimento en el que no podía ver quien había dentro. Mujeres y señores separados por supuesto. Al iluminar la cabina, vi una familia de mujeres y niñas con 2 bebés, localicé una niña dormida en una de las literas quedando un espacio para media Rocío, así que salte con cuidado de no despertarla y me acomodé junto a la ventana adoptando una posición fetal para poder entrar en el mini espacio.


Escarpiiiiiin se despidió hasta mañana y se dispuso a buscar su espacio con los hombres. Lala salama (Buenas noches). Até los cordones de mis zapatillas a la cadena que soportaba mi litera y ajusté mi bolsa bajo la cabeza en forma de almohada sobre la tapicería rota de la que asomaba la sucia goma espuma del catre. Caí como una piedra sin a penas moverme, el traqueteo lento del tren me acunó hasta que salió el sol y me despertaron las risas de las niñas jugando de litera en litera observándome como dormía. Una abuela, dos hijas y las hijas de estas junto a 2 bebes viajaban juntos hasta Mpanda. Me quedé recostada en mi litera, ya que no había espacio para poder si quiera sentarse y observé un despertar africano en toda regla. Mi compartimento estaba llenos de vida! Casi sin hablarme me sonreían y miraban todas al ritmo del chuku chu y balbuceos del bebé casi recién nacido. Tomé unas fotos y jugué con las niñas hasta que se abrió la puerta y se asomó la cara de mi compañero de viaje.



Escarpiiiiiin pagó unos pocos shillings a un hombre de la cabina contigua y se metió en la litera con otro hombre pegados como sardinas en lata. Escarpiiiiiin tuvo una litera para él, que más tarde compartimos el resto del viaje turnando momentos de siestas y relax.

El tren avanzaba tan lento que yo creo que si hubiéramos ido caminado rápido a su lado abríamos llegado incluso antes de lo que duró el viaje finalmente. Paraba en cada pueblito y las paradas estaban llenas de gente vendiendo comida que cocinaban allí mismo para los viajeros agotados y hambrientos. Bajábamos para pasear un poco y colarnos entre la gente que no nos quitaba ojo. Fotos de esta bella sociedad llena de color, palabras amables y comida local.


Este viaje era “mágico” ya no sólo por la naturaleza del mismo, sino por con quién lo estaba realizando. Escarpiiiiiin es mago! Recibió clases de magia y hace unos juegos increíbles que ya me había enseñado mientras tomamos unas sodas y patatas fritas en un bar.


Comenzó el show en la estación! Sacó su pañuelo fucsia del bolsillo y rodeado de niños, jóvenes y adultos, dio sus primeros pases de magia haciendo desaparecer el pañuelo y sacándolo de su otra mano sin tocar más que la parte trasera de la oreja de alguien al azar. Gritos, aplausos y sonrisas……


.- Tena, tena, tena! (otra vez) - Gritaban los niños fascinados por lo que habían visto por primera vez en sus vidas.


Juegos de pañuelo, cigarros que apaga en la camiseta y no se quema y desaparece…..etc. Alegría y fascinación era lo que se respiraba cada vez que bajábamos del vagón.


Yo admiraba su labor y traducía y animaba las escenas para darle más emoción todavía. Parecíamos dos titiriteros ambulantes realizadores de sonrisas africanas. Eso es sentirse libre para mí aquí.


Las vías se rompieron y estuvimos 5 horas parados hasta que pudimos continuar el viaje, ya era otro día más y casi atardeciendo nos pasamos los últimos kilómetros del trayecto sentados en el escalón de una de las puertas abiertas viendo pasar los campos, acacias y chabolas que formaban el cuadro de este fantástico viaje en tren que duró 23 horas.


MPANDA – SITALIKE Al llegar de noche ya tarde, pagamos a un chico para que nos llevara al camping que había a una hora de esta mediana ciudad. En el pueblo de Sitalike nos alojamos en una cabañita sin luz ubicada el lado de un río repleto de hipopótamos que no dejaban de chapotear y caminar por los alrededores. Derrotados por el cansancio y llenos de emociones nos dormimos en 2 camas amplias y limpias!


KATAVI NATIONAL PARK – Hoy nos disponemos a hacer un safari en 4x4 recorriendo este parque desconocido para mí. El dueño del camping nos ofreció ser nuestro guía por un precio razonable, tras negociar varias cifras arriba y abajo. Pagamos nuestra entrada y comenzamos el Game Drive. El paisaje era increíble pero por desgracia no vimos muchos animales. Sobre todo había hipos y cocodrilos inmensos a los que Escarpiiiiiin fotografió muy de cerca fuera del coche. Elefantes, gacelas, jirafas… pero ningún “gato” león, guepardo o leopardo. Así que decidimos no quedarnos otro día más en el parque y aprovechar más tiempo en el Lago Tanganyika. Ese era nuestro primer destino. El Lago más profundo de África, donde unos amigos Chris y Louise que conocí en Arusha, en una feria de turismo, me invitaron a conocer el Lodge y safari de aventura que estaban montando.



KATAVI- LAGO TANGANYIKA

Al día siguiente buscamos un coche de alquiler para llegar al lago, con tan buena suerte que, preguntado dimos con 3 tanzanos que trabajaban para una empresa y tenían que ir a Kipili, el pueblo donde estos amigos surafricanos estaban viviendo junto a la orilla del gran lago. Ellos nos llevaron en un Land Cruiser de safari abierto.


Hablé con Chris por teléfono y nos vino a buscar al pueblito para llevarnos a su futuro paraíso. Nos abrazamos fuerte al vernos y poco después llegamos al lugar rodeados de árboles de mangos frente a 2 islas en el centro del Tanganyika.


Louise, su mujer guapísima y encantadora anfitriona, nos recibió y nos llevo a nuestras tiendas que habían preparado para nosotros improvisando alojamiento, pues no había todavía ninguna cabaña terminada de construir. Tiendas con cama de matrimonio para cada uno, mesilla y flores en un jarrón, todo un detalle por su parte!


Nos mostraron el proyecto que estaban desarrollando, construcción de cabañas ideales utilizando materiales naturales, troncos, piedra, paja para el tejado, arena de color para los cimientos…..en fin como se construye en África, pero con un toque de diseño muy especial, cada detalle pensado por Lou. Ella era pura dulzura como persona y sobre todo excelente esposa para su inseparable Chris. Llevaban 11 años juntos y salieron de la cómoda Sudáfrica para perderse en Tanzania y hacer crecer este maravilloso paraíso que estaban creando en uno los parajes mas bonitos del planeta, ayudados por todo un pueblo como Kilpili que, aunque pequeñísimo, muy amable con ellos y trabajando duro junto con su gente día a día, para que al final sea un proyecto de todos. Todos adoran a este guapo matrimonio que les cuida y se preocupa por ellos.


Aquí ya nos relajamos como nunca, buenas comidas muy cuidadas, cenas de magia y conversaciones increíblemente constructivas para los cuatro. Escarpiiiiiin nos hizo pasar 3 veladas encantadoras mostrándonos sus habilidades con las manos y cartas. Chris estaba fascinado y quería saber los trucos para poder hacérselos a sus clientes en cuanto abrieran el Lodge en octubre.


Al día siguiente nos llevaron a bucear al lago. Aquí hay cocodrilos y millones de peces autóctonos únicos en el mundo. Nadie bucea en este Lago, Ellos son los primeros en explotarlo y es, entre otras actividades, la que llamará la atención de sus huéspedes. Por eso quería ir a este destino, para conocer las instalaciones y poder ofrecerlo a mis posibles clientes españoles y añadir una nueva ruta de buceadores en el Tanganyika y Zanzíbar.


Al atardecer nos dimos un bonito paseo en kayak por las orillas del lago hasta que cayó el sol. Nunca había visto un atardecer como aquel donde el color naranja y las nubes reflejadas en el agua plana, nos hacia volar entre la tierra y el cielo confundiéndose uno con otro y con una calma que hacia llorar de emoción.


Una noche, mientras dormíamos en las tiendas bajo un mango enorme, nos desveló el ruido de los gruñidos de los cerdos y 2 cabritas que tenían cercados junto a la huerta. Sobresaltada pensé que una de las cerdas que estaba preñada estaría dando a luz. A la mañana siguiente, Lou me dijo que había venido un leopardo y había matado uno de los corderitos que estaba atado. Estaba hecha polvo la pobre. Se lo conté a Escarpiiiiiin y emocionado por la situación se dispuso a buscar y fotografiar las huellas y marcas que había hecho en el árbol donde subió para esperar su momento de ataque. Queríamos esperar a verlo esa noche, pues si había cazado, vendría para llevarse su pieza. Pero esa noche no regresó y nosotros nos pusimos en marcha al día siguiente. Tres días más tarde Lou me envió un sms diciendo que Chris se había encontrado de frente con el leopardo aquella noche. Escarpiiiiiin no podía creerlo, habíamos esperado ver uno en Katavi National Park y sin embargo tuvimos uno en el lago Tanganyika junto a nuestras tiendas. África sorprende en cada momento!


Nos despedimos de la pareja sacada de un cuento de hadas y subimos a otro autobús que nos llevaría a Sumbawanga para hacer noche otra vez en cualquier hotelito barato y seguir en otro bus hasta Dar Es Salam.


TANGANYIKA- DAR ES SALAM


Tardamos 2 días en llegar hasta nuestro destino donde queríamos coger un avión para llegar a Zanzíbar.


Llamé a mi amigo Angelo Caruso que vivió conmigo en Arusha durante 2 meses y por fin encontró trabajo en Dar. Había alquilado una casa preciosa y ya estaba asentado en esa ciudad. Nos quedamos esa noche en su casa y nos llevó a cenar en condiciones después de pasar los dos días anteriores de bus en bus comiendo galletas y arroz.


Cenamos como reyes y al día siguiente al amanecer volamos hasta la isla de las especias.


DAR ES SALAM- ZANZIBAR


Fuimos a la costa Este, a un pueblito llamado Nungwi. Es un destino turístico con cabañas en la playa y buenos hoteles. Nos alojamos y conocimos a una pareja de españoles que llevan una escuela de buceo en la playa. Spanish dancers. Goyo y Ana viven allí desde hace 6 años y tienen 2 hijos. Pasamos una tarde de playa con ellos bajo su palapa (oficina) e intercambiamos ideas para hacer negocios juntos. Ellos necesitaban una productora de safaris en el norte y yo necesitaba asistencia en Zanzíbar y servicio de buceo para mis clientes, así que conectamos de maravilla.


Escarpiiiiiin es buen buceador, así que fuimos a bucear con Goyo y sus clientes, españoles, rusos y americanos. Goyo me guió con todo el equipo y baje a 13 metros disfrutando de un sin fin de peces de colores y corales. Bucear es lo mas parecido a volar!


Esa noche era luna llena y como cada mes se hace la fiesta de la luna llena en la playa de Kendwa que está al lado de la nuestra. Así que llamé a Angelo y le dije que subiera a un barco para venir a pasar la noche con nosotros. Así lo hizo, a las 7 de la tarde estábamos los tres juntos en la playa cenando y dispuestos a disfrutar de la luna.


Casualmente hubo un eclipse y la noche se convirtió en una autentica fantasía. Escarpiiiiiin se quedó en nuestra paya haciendo fotos y disfrutando del silencio del mar mientras Angelo y yo nos fuimos a la ruidosa fiesta de la playa con música, gin tonics, turistas, masais y un agua transparente en el que terminamos nadando desnudos bajo la luna eclipsada. Esa playa tiene algo que no he encontrado en ninguna otra, da la sensación de estar en otro planeta cuando estás dentro del agua mirando hacia la orilla blanca, iluminada perfectamente por la luna haciendo sombras en la duna hasta llegar a las palmeras.


Tras bailar, hablar, reír y llenarnos de vida nocturna, nos subimos a una embarcación de madera llamada dhow, típica swahili y nos acercó a nuestra playa donde desaparecimos cada uno en su cuarto hasta el día siguiente que debíamos marcharnos a Dar de nuevo para hacer noche y al día siguiente montar en otro bus que finalmente nos devolvería al punto de salida de nuestro viaje, hacía ya 2 semanas.

DAR ES SALAM – ARUSHA. 16horas. Salimos a las 8 de la mañana de la estación y cuando ya estábamos de camino con el bus llenos de tanzanos y turistas blancos jóvenes, salió disparado del vehículo una pieza de hierro que nos hizo frenar.


Efectivamente, como ocurre en numerosas ocasiones, el autobús se averió y tuvimos que esperar a un mecánico y arreglar la pieza in situ. 5 horas parados en un pueblito donde nos asentamos todos los blancos en una terraza de bar a comer y beber algo. Y como no, Escarpiiiiiin sacó sus cartas y pañuelo y comenzó a distraer a todo aquel que se acercaba a nuestra mesa. Terminó dando un espectáculo de auténtica magia a todos lo compañeros de viaje que terminamos conectando fenomenal.


Al final me tocó hacer de guía y responsable del grupo, organizando taxis y hoteles en cuanto llegamos a Arusha a las 12 de la noche. Por fin habíamos llegado a casa y tras una buena ducha caliente caímos a nuestras camas caseras como dos sacos de cemento.


Nuestro viaje aventura había finalizado y ahora ya sólo me quedaba pasear a Escarpiiiiiin por Arusha y alrededores durante 3 días. Así que por fin, visité a mis amigos y salimos a diferentes lugares de mi ciudad.


Visitamos el Parque Nacional de Manyara y así Escarpiiiiiin pudo conocer ese parque lleno de numerosas familias de elefantes junto a los inmensos baobabs.


Ya llegó el momento de despedirnos y le llevé al minibus para llegar a Nairobi y volar al día siguiente a España.



Escarpiiiiiin había logrado su propósito. Subió el Kilimanjaro durante 6 días, llegó al Lago Tanganyika y Zanzíbar donde buceó, y finalmente, se llevó de África un espíritu más niño y una amiga blanca en tierra negra con la que podrá contar el resto de su vida, siempre que quiera volver a pasear conmigo por tierra Masai.

Yo me volví a sentir libre, feliz, aun más niña y sobre todo cuidada y querida por un mago que se cruzó en mi camino en el momento y lugar perfecto de mi vida. Mis últimos meses en Tanzania no fueron muy fáciles y sólo quería escapar durante un tiempo para disfrutar de mis momentos mirando por las distintas ventanillas, recorriendo tantos kilómetros.

Ahora ya en casa, vuelvo a agarrar el toro por los cuernos afrontando el duro día a día que supone vivir aquí con su pole pole incluido. Hace frío y llueve a veces en Arusha pero las jacarandas están desbordadas de flores moradas que hacen que todo se llene de luz brillante. Así que seguiré soñando y creyendo que vivo en un paraíso como hasta ahora sentí. Dentro de mí, siento que vuelvo a empezar mi vida aquí, con otra perspectiva, sola otra vez y dispuesta a abrir mi corazón de nuevo para aquel que se lo merezca.Umande vuelve a mojar la hierba de su edén particular en África.

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